sábado, 13 de noviembre de 2010

Historia de la influencia de la Revolución Francesa en el Perú.

Cajas de resonancia: Los ecos de la revolución francesa en el Perú

Claudia Rosas Lauro

"Del trono a la guillotina. El impacto de la Revolución Francesa en el Perú"
Embajada de Francia, IFEA, Fondo Editorial PUCP. 287 pp

Por: Jorge Paredes (Escritor)

¿Por qué es importante para nosotros, habitantes del siglo veintiuno, conocer el impacto que tuvo la Revolución Francesa en nuestro país, hace más de doscientos años? Una mirada superficial podría llevarnos a pensar que tal hecho remoto no tiene mayor significado en los tiempos actuales; sin embargo, si situamos tal suceso en su contexto histórico nos percataremos de que se produjo en un momento en que el sentimiento criollo estaba en plena ebullición (32 años antes de nuestra independencia), y cuando en algunos círculos existía ya la idea de separación de la corona española. Por eso gran parte de la manera en que se pensó el Perú independiente, algo que se extrapola en el tiempo, fue producto de cómo recibieron las elites nacionales las noticias sobre el derrocamiento de la monarquía absolutista francesa y la instauración de un régimen burgués basado en los derechos del hombre y del ciudadano.

Incluso gran parte de las representaciones, la iconografía de la Patria, y el lenguaje político que acompañará al Perú republicano en los siglos XIX y XX desciende de la Ilustración francesa y su idea de soberanía popular.

Esta influencia -magnificada por unos historiadores y menospreciada por otros- cobra en este libro de la historiadora Claudia Rosas Lauro una connotación especial. Del trono a la guillotina. El impacto de la Revolución Francesa en el Perú (1789-1808) es en síntesis la reconstrucción histórica de cómo se recibieron en Lima y en diversas partes del Virreinato las noticias sobre la revolución, casi en el momento mismo en que se produjo, y cómo las elites estatales de la Corona y las elites criollas reaccionaron ante ellas, cómo conservadores y liberales estructuraron sus discursos a partir de dichas informaciones que llegaban de ultramar, las cuales se colgaban en los dos periódicos más importantes de la época: La Gaceta de Lima, creada en 1793, especialmente para dar la versión oficial de las autoridades españolas sobre la revolución, y el Mercurio Peruano (1791), el órgano de los criollos ilustrados.

Ambas publicaciones eran contrarias a los sucesos revolucionarios y demostraban en el fondo, como dice la autora, el temor de las elites criollas a las revueltas populares, miedo que por esos años era creciente en Lima, alimentado por el poder político y por la Iglesia (hacía solo menos de una década se había sofocado cruelmente la rebelión de Túpac Amaru II).

Por ello, Bartolomé Herrera comparaba el carácter antirreligioso de la revolución francesa con la bestia del Apocalipsis (p.39) y Riva-Agüero no dudaba en decir años después que la anarquía que se vivió en el Perú después de la independencia era consecuencia de la imitación de la Revolución Francesa y su etapa del terror en nuestro territorio, produciéndose "la sustitución de la tiranía española por otra peor". La cita que abre el libro basta para dar un ejemplo de lo dicho: "El sacerdocio y el Imperio, base y fundamento de toda felicidad temporal y eterna, yacen por los suelos en aquel desdichado Reyno (sic)". (Mercurio Peruano t. X, n°. 324, 9 de febrero de 1794).

El temor y la furia

En un milenio en que se supone que lo novedoso es la circulación global de la información y su impacto en las mentalidades, este libro demuestra que el fenómeno sucedía tal cual hace dos siglos. Y da cuenta detalladamente de cómo La Gaceta de Lima y el Mercurio Peruano ofrecían a sus lectores las noticias de la revolución (es interesantísimo el apunte sobre el nacimiento de la prensa en Lima y sus mecanismos), pero sobre todo revela cómo a través de pasquines clandestinos surgía una incipiente flama emancipadora: "Qué haces ciudad que no procuras tu libertad" o "Viva la libertad francesa y muera la tiranía española" (p. 80-81), decían los anónimos en la última década del siglo XVIII. Estos hechos, reseñados por Claudia Rosas, contradicen a cierta tendencia historiográfica que reprocha la apatía criolla en la etapa anterior a la Independencia, justamente cuando fue a partir de estas proclamas y también de las noticias oficiales que calificaban a los jacobinos como asesinos que habían instalado el terror y "la barbarie de la democracia desenfrenada" (p. 149) en Francia, que la sociedad colonial se fue haciendo una idea de lo que significaba una revolución y el trastocamiento del orden impuesto.

Este clima de confrontación, temor y expectación fue cimentando una opinión pública, creando espacios de discusión (en los cafés y las librerías), que tendrían gran impacto en la vida futura de la nación. De ahí, la importancia del conocimiento de una etapa clave para entender las bases en que se fundó el Perú republicano.

Fuente: Diario El Comercio, suplemento cultural "El Dominical".
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